Un viaje inolvidable a Portugal en 7 días en coche
1/17/20259 min leer
Día 1: Llegada a Lisboa y exploración de la capital
Al iniciar nuestro viaje a Portugal, la capital, Lisboa, se presenta como el primer destino inolvidable en nuestro itinerario. Esta vibrante ciudad, famosa por su historia, cultura y colinas llenas de encanto, ofrece una experiencia única desde el primer momento. Al llegar, es recomendable tomar un tiempo para acclimatarse y disfrutar del ambiente local. Uno de los primeros lugares a visitar es el histórico Barrio de Alfama, conocido por sus calles adoquinadas y su carácter tradicional. Aquí, los viajeros pueden perderse en un laberinto de callejones llenos de vida y color, mientras descubren pequeñas tiendas y cafés que sirven la deliciosa gastronomía portuguesa.
La Plaza del Comercio, un imponente espacio junto al río Tajo, es otro de los puntos emblemáticos que merece una visita. Desde aquí, se puede observar la magnífica arquitectura que rodea la plaza, así como disfrutar de vistas del río. No se debe olvidar abordar el famoso tranvía 28, que serpentea por las colinas de Lisboa, brindando a los visitantes la oportunidad de ver muchos de los edificios históricos de la ciudad a través de un recorrido pintoresco. Este tranvía es más que un medio de transporte; es una experiencia en sí mismo que introduce a los viajeros en el auténtico estilo de vida lisboeta.
Para la cena, hay varias opciones que destacan la exquisita gastronomía de Lisboa. Platos como el bacalao a la brasa y los tradicionales pasteles de nata son imprescindibles para cualquier amante de la cocina. Estos sabores son parte integral de la cultura gastronómica del país. Al final del día, se recomienda visitar el Mirador de Santa Catarina, que ofrece impresionantes vistas panorámicas de la ciudad y el río, lo que convierte al primer día de esta aventura en Portugal en una experiencia verdaderamente inolvidable.
Día 2: Sintra y Cascais: un recorrido por la costa
El segundo día de este viaje inolvidable a Portugal comienza con una visita a Sintra, un destino emblemático que destaca por su fascinante arquitectura y paisajes cautivadores. Ubicada en las colinas de la Sierra de Sintra, esta localidad es famosa por su Patrimonio de la Humanidad, donde cada rincón parece sacado de un cuento de hadas. Uno de los principales atractivos de Sintra es el Palacio da Pena, un palacio del siglo XIX que combina varios estilos arquitectónicos, convirtiéndose en un símbolo de la ciudad. Al explorar sus coloridas fachadas y exuberantes jardines, los visitantes pueden sentir la historia y la magia que envuelven este lugar.
Otro punto de interés en Sintra es la Quinta da Regaleira, una mansión rodeada de un jardín misterioso que invita a los turistas a perderse en su intrincada belleza. Aquí, se puede disfrutar de la famosa Iniciación, una torre con un pozo profundo que pareciera ser la entrada a un mundo subterráneo. Este recorrido no solo entretiene, sino que también es un viaje a través de la historia esotérica de la región.
Después de disfrutar de la espléndida arquitectura y el aire fresco de Sintra, el viaje continúa hacia Cascais, un encantador pueblo costero. Cascais es conocido por sus limpias playas y un atractivo centro histórico que combina modernidad con tradiciones. Al llegar, los visitantes pueden relajarse en la playa, tomar el sol o participar en actividades acuáticas. Además, el paseo marítimo de Cascais ofrece una experiencia agradable para caminar, con vistas impresionantes del Océano Atlántico.
No se puede dejar de mencionar la gastronomía que ofrece esta localidad: disfrutar de mariscos frescos en uno de sus restaurantes es una actividad que no se debe pasar por alto. La diversidad culinaria y las vistas panorámicas hacen que el día en Sintra y Cascais sea una parte memorable de su viaje a Portugal.
Día 3: Oporto: la ciudad del vino
El tercer día de nuestro viaje en coche por Portugal nos lleva a Oporto, una ciudad emblemática conocida por su vino de Oporto y su encantador casco antiguo. Oporto, situada a la orilla del río Duero, ofrece una mezcla única de historia, cultura y gastronomía que la convierte en un destino imperdible. Comenzaremos nuestra exploración en la Ribeira, un área pintoresca repleta de coloridas casas y acogedores cafés, donde el tiempo parece detenerse.
La Ribeira es, sin duda, uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Pasear por sus calles empedradas mientras se contempla el río Duero y sus puentes es una experiencia cautivadora. A medida que avanzamos, nos detendremos en algunas de las bodegas de vino de Oporto que se encuentran a lo largo del río, donde tendremos la oportunidad de aprender sobre el proceso de producción del famoso vino. Estas visitas suelen incluir catas de diferentes varietales, permitiéndonos apreciar la diversidad del vino de Oporto, que varía entre seco y dulce.
No podemos hablar de Oporto sin mencionar su deliciosa gastronomía. Uno de los platos más emblemáticos es la francesinha, un sándwich lleno de sabor cubierto con una salsa de tomate y cerveza, ideal para reponer energías. Además, el bacalao à Gomes de Sá, un plato tradicional hecho con bacalao, es otra delicia que no debe ser pasada por alto. Para aquellos que buscan algo diferente, hay una variedad de restaurantes locales que ofrecen una mezcla de comidas tradicionales y modernas.
Finalmente, un paseo en barco por el río Duero es una excelente manera de concluir el día. Esta actividad no solo nos brinda una perspectiva única de la ciudad y sus famosos puentes, sino que también invita a la reflexión sobre la rica historia de Oporto. Sin duda, este día será una celebración del vino, la comida y la cultura de esta cautivadora ciudad portuguesa.
Día 4: Guimarães y Braga: historia y cultura
El cuarto día de este inolvidable viaje por Portugal puede comenzar en Guimarães, conocida como la cuna de la nación por su papel fundamental en la historia del país. Una visita al magnífico Castillo de Guimarães es imprescindible, donde las murallas medievales y las torres ofrecen una visión fascinante sobre el pasado del Portugal. Este castillo, que data del siglo X, es un testimonio del poder y la gloria de la monarquía portuguesa. Además, el centro histórico de Guimarães, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está lleno de calles empedradas, plazas encantadoras y hermosos edificios que muestran la rica arquitectura gótica y renacentista, haciendo de esta ciudad una parada esencial en el itinerario.
Después de explorar Guimarães, el siguiente destino es la ciudad de Braga, famosa por su patrimonio religioso y su vibrante vida cultural. El Santuario del Bom Jesus do Monte se destaca como una de las atracciones más emblemáticas de Braga. La escalinata monumental, compuesta por 577 escalones, es una obra maestra de la arquitectura barroca y ofrece vistas impresionantes sobre la ciudad y el entorno natural. Además, los bosques que rodean el santuario proporcionan un entorno apacible para reflexionar y apreciar la belleza natural de la región.
Para experimentar la auténtica gastronomía local, tanto Guimarães como Braga cuentan con excelentes opciones culinarias. En Guimarães, se aconseja probar el “bacalao a la brasa”, un plato tradicional que refleja la influencia del mar en la cocina portuguesa, mientras que en Braga, el “pudim de ovos” es un postre típico que no debe pasarse por alto. La gastronomía local es un aspecto esencial que enriquece la experiencia de viaje y permite a los visitantes conectarse con la cultura y las tradiciones de cada ciudad. Este día lleno de historia y cultura sin duda dejará un recuerdo imborrable en el viaje por Portugal.
Día 5: Coímbra y su rica herencia universitaria
En el quinto día del viaje por Portugal, se llegará a Coímbra, una ciudad que destaca por su rica herencia universitaria y su vibrante historia. La Universidad de Coímbra, considerada una de las más antiguas de Europa, es el principal atractivo de la localidad y un patrimonio de la humanidad que merece ser visitado. Al explorar su campus, los visitantes pueden maravillarse con su impresionante arquitectura, que data desde el siglo XIII y refleja una mezcla única de estilos que van desde el gótico hasta el barroco.
Uno de los puntos culminantes de la universidad es la Biblioteca Joanina, famosa por su excepcional colección de libros antiguos y su magnífico diseño interior. Esta biblioteca no solo es un espacio de estudio, sino también un lugar donde se puede sentir la historia impregnada en cada rincón. Los visitantes podrán asistir a visitas guiadas que destacan la importancia cultural y académica de esta joya literaria, así como disfrutar del ambiente singular que emana de su construcción. Además, el jardín botánico adyacente ofrece una apacible pausa del bullicio, rodeado de flora diversa y senderos encantadores.
Por otro lado, el centro histórico de Coímbra es igualmente cautivador. Con calles empedradas y edificios llenos de carácter, se pueden encontrar plazas animadas y pequeñas tiendas que ofrecen recuerdos únicos. Para aquellos interesados en la culinaria local, la región es famosa por platos como el chanfana. Este guiso tradicional, elaborado principalmente con carne de cordero y acompañado de arroz, es un manjar que permite a los viajeros saborear las auténticas tradiciones culinarias de Portugal. Disfrutar de una comida en alguno de los restaurantes locales será sin duda un deleite para el paladar.
Día 6: Aveiro y la belleza de sus canales
En el sexto día de su viaje a Portugal, la ciudad de Aveiro se convierte en un destino imprescindible. A menudo referida como la 'Venecia de Portugal', Aveiro es conocida por sus pintorescos canales que surcan la ciudad, ofreciendo un paisaje encantador donde el agua y el color confluyen. Un recorrido por estos canales en un moliceiro, una embarcación tradicional, no solo es una de las actividades más emblemáticas, sino que también permite apreciar la arquitectura única de las casas con azulejos brillantes que bordean las orillas.
Al navegar por las tranquilas aguas, los visitantes pueden aprender sobre la historia de Aveiro, que se construyó sobre una laguna rica en sal, lo que contribuyó significativamente a su economía durante siglos. Asimismo, la ciudad es famosa por sus salinas, donde se sigue practicando la extracción de sal de manera tradicional, reflejando su importante legado cultural y económico. Probar la sal marina local puede ser una experiencia fascinante que conecta a los turistas con las costumbres de la región.
Un recorrido por Aveiro no estaría completo sin la degustación de los ovos moles, un dulce local que ha cautivado a innumerables visitantes. Esta delicadeza, hecha a base de yema de huevo y azúcar, se presenta en pequeñas obleas y es sin duda una explosión de sabor que no se debe dejar pasar. Recomendamos visitar las pastelerías locales donde estos dulces se elaboran artesanalmente, brindando la oportunidad de degustar un pedacito de la cultura gastronómica de Portugal.
A medida que el día avanza, la magia de Aveiro se revela en cada rincón, invitando a los viajeros a sumergirse en su atmósfera única, disfrutando de la suma entre historia, cultura y gastronomía que solo esta ciudad puede ofrecer.
Día 7: Regreso a Lisboa y despedida de Portugal
El séptimo y último día de su viaje por Portugal se centrará en regresar a Lisboa, la vibrante capital del país. Para comenzar la jornada de manera placentera, es recomendable disfrutar de un desayuno en una de las diversas cafeterías acogedoras que adornan el paisaje lisboeta. Esta ciudad, conocida por su rica cultura y su hospitalidad, ofrece una variedad de especialidades gastronómicas que son un deleite para cualquier paladar.
Una de las últimas actividades que deberían figurar en su itinerario es la visita al Mercado da Ribeira. Este mercado es un punto de encuentro para los amantes de la buena comida, donde se puede degustar una amplia gama de platos típicos, desde bacalao a la brasa hasta dulces como los pasteles de nata. Al sumergirse en esta experiencia culinaria, no solo disfrutarán de la gastronomía local, sino que también tendrán la oportunidad de interactuar con los lugareños, lo que enriquecerá aún más su experiencia en la ciudad.
Durante el tiempo libre restante, los viajeros pueden optar por explorar áreas de Lisboa que no han tenido la oportunidad de visitar anteriormente. Se podría considerar un paseo por los colores vibrantes de Alfama, el barrio más antiguo de la ciudad, o una visita al moderno barrio de Parque das Nações, donde se encuentra el acuario más grande de Europa. Esta versatilidad hace que Lisboa sea un lugar ideal para el último día de exploración.
Antes de concluir este inolvidable viaje por Portugal, una visita al Castillo de San Jorge puede ofrecer un cierre perfecto. Desde sus muros, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y del hermoso atardecer que creará recuerdos imborrables. Al finalizar el día, se puede reflexionar sobre todas las experiencias y recuerdos acumulados a lo largo de esta semana fascinante, despidiéndose con la promesa de regresar a este país cautivador en el futuro. Las memorias de Portugal permanecerán con cada viajero, evocando una nostalgia por la calidez y la diversidad que han experimentado.
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